Niños y adolescentes en acogimiento residencial

¿QUE  SON LOS CENTROS DE MENORES?

En Zaragoza, desde hace unas semanas, un equipo de educadores sociales que trabajan con niños y adolescentes que residen en el COA (Centro de Observación y Acogida) se ha movilizado para hacer pública, la situación económica en la que se prevé dejar a éste y otros recursos.

El COA es el primer recurso  en el que acogemos a estos niños en Zaragoza, con edades entre 6 a 18 años, centro en el que trabaja un equipo de profesionales relacionados con la educación social, trabajo social y psicología principalmente. Este centro, como otros similares, se convierte en el hogar del menor.

Los centros de protección de menores son aquellos en los que residen los niños y adolescentes que sufren maltrato, abandono, precariedad económica, abuso sexual, desamparo, enfermedad mental, problemas de conducta o se encuentran solos.

La  función esencial que tenemos como profesionales, es atender las necesidades con que llegan estos niños, velar por su seguridad e integridad y ofrecerles un hogar. Cubrir las necesidades que cualquier niño y éstos especialmente tienen, más en la situación vital tan complicada en la que se encuentran.

QUÉ SE REIVINDICA

El 3 de octubre se han publicado los pliegos de condiciones para gestionar los centros de protección de menores de Aragón, y este es el motivo por el que redactamos este documento.

Queremos denunciar un recorte encubierto en presupuesto y en personal,  que supondrá un déficit MUY GRAVE en la calidad y cantidad de atención a los niños.

Nuestro temor es no poder garantizar la integridad, seguridad y una buena atención a los niños, lo que  nos ha llevado a denunciar este hecho públicamente y a presentar alegaciones a estos pliegos.

Por el momento nuestra causa se está viendo respaldada, por el Justicia de Aragón, Consejo de la Juventud, Medios de comunicación, diferentes entidades políticas desde el Ayuntamiento, Colegios Profesionales… para conseguir la consecución de nuestras alegaciones:

  • La paralización y corrección de los pliegos de condiciones del COA y del resto de recursos.
  • El aumento de la partida presupuestaria.
  • El aumento del número de educadores de atención directa.
  • Que los gastos de manutención de los niños sean asumidos por las instituciones públicas.
  • Que el Gobierno de Aragón cumpla con la legislación vigente, en la que se dicta que los presupuestos para la atención y protección de menores no pueden recortarse bajo ningún concepto. Artículo 5 de la Ley de Infancia y Adolescencia de Aragón.

A NIVEL PSICOLÓGICO…

 NECESIDADES PSICOLÓGICAS DEL NIÑO Y ADOLESCENTE que por ley, han de estar cubiertas por un adulto responsable. Para un crecimiento y desarrollo sano:

  • Protección y Seguridad
  • Amor y Afecto con Apego seguro
  • Reconocimiento y Sentimiento de Pertenencia.

 Si estas necesidades no se satisfacen adecuadamente, el niño no va a poder alcanzar la autoestima, el autocontrol y el conocimiento del mundo que le permitan llegar a ser un adulto equilibrado emocionalmente.

  1. PROTECCION y SEGURIDAD

Además de los riesgos físicos, atención a su estado de salud física de modo continuado, es necesario cubrir con atención directa la sensación de seguridad, atendiéndolo en sus momentos de malestar interno.

Por este motivo es de vital importante que un adulto/os puedan desempeñar este acompañamiento, lo más individualizado posible, en el caso de que los progenitores no puedan realizarlas.

Acompañamiento diario y continuado, de forma más individualizada posible en:

  • Protegerlo de peligros físicos, enseñarle a protegerse.
  • Los niños deben tener claro desde muy pequeños qué deben o no deben hacer. Las normas claras y el orden ayudan al crecimiento personal, a crear su propio orden interior y a descubrir el sentido de las cosas.
  1. AMOR, AFECTO, APEGO SEGURO

El primer grupo de referencia del niño es su familia. En ella encuentra alimento, acogida y amor. Esa es una de las funciones de la familia y, cuando esta función falla, da lugar a graves trastornos.

  Acompañamiento diario, de forma individualizada:

  • Expresar su afecto abiertamente, con gestos y palabras, besos y abrazos.
  • Dedicar tiempo para jugar con él.
  • Acompañarlo y ayudarlo a expresar sus emociones negativas, momentos de tristeza, llanto, enfado, temores…
  • Mostrar interés por sus preocupaciones e intereses a lo largo de su desarrollo.
  1. RECONOCIMIENTO Y PERTENENCIA

El niño  tiene la necesidad de saberse y sentirse útil, capaz de hacer algo que tenga un valor. Los seres humanos aprendemos a valorarnos a nosotros mismos como consecuencia de la valoración y la imagen positiva que nos transmiten las personas importantes de nuestro entorno (padres y educadores).

Es la necesidad que todos tenemos de saber que nosotros, el mundo y la vida tienen un sentido y que nuestra vida está en la línea de ese sentido. Es la necesidad de poder interpretar los acontecimientos externos y lo que nos rodea.

En el proceso  afectivo-evolutivo de los niños es fundamental la atención a la satisfacción de las tres necesidades psicológicas básicas.

En el caso, de que el niño o adolescente, haya desarrollado sintomatología o trastorno, que interfiera significativamente en su vida diaria, por la insatisfacción de estas necesidades psicológicas primarias, requerirá la ayuda especializada de profesionales que lo acompañen en un proceso psicoterapéutico, para  suplir las carencias ya descritas.


 

¿QUE PROBLEMAS PSICOLÓGICOS PRESENTAN ALGUNOS DE ESTOS NIÑOS Y ADOLESCENTES?

Los problemas (síntomas aislados)  y trastornos relacionados con la salud mental, que presentan un porcentaje significativo de los niños y adolescentes que atendemos se engloban en las siguientes categorías:

  • Retraso mental leve o moderado y capacidad intelectual límite.
  • Trastornos del aprendizaje académico ( Lecto-escritura)
  • Trastornos generalizados del desarrollo: Trastorno autista, Otros trastornos del desarrollo neurológico grave.
  • Trastorno por déficit de atención y comportamiento perturbador: Déficit de atención, hiperactividad, trastorno disocial, y trastorno negativista-desafiante.
  • Trastornos de conducta alimentaria: Sintomatología relacionada con la anorexia restrictiva, bulimia, y sus conductas compensatorias.
  • Trastornos de la eliminación: Problemas en el control de esfínter;  enuresis, encopresis diurna y nocturna.
  • Trastornos relacionados con las sustancias psicoactivas: Abuso y dependencia a cannabis, estimulantes o inhalantes.
  • Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos : Trastorno psicótico breve o crisis psicótica aguda.
  • Trastornos del estado de ánimo : Episodios depresivos y trastorno bipolar.
  • Trastornos de ansiedad : Principalmente crisis de angustia, sintomatología obsesiva-compulsiva, somatización e hipocondría.
  • Trastornos del sueño:  Insomnio, pesadillas y terrores nocturnos.
  • Trastornos de personalidad (De inicio precoz en la adolescencia) Un alto índice de sintomatología asociada al Trastorno límite de la personalidad, incluyendo conductas autolesivas y conductas sexuales de riesgo, graves.

Además otros problemas que son objeto de atención clínica:

  • Problemas paterno-filiales graves, con desarraigamiento afectivo.
  • Problemas relacionados con el abuso o la negligencia (abusos físicos y sexuales)
  • Comportamiento antisocial en la niñez o adolescencia : Problema de identidad, aculturación o biográficos.

En otros términos el niño/a  siente: 

Miedo, inestabilidad emocional continuada, descontrol de impulsos, irritabilidad, agresividad, fracaso para adaptarse a las normas sociales,  impulsividad o incapacidad para planificar el futuro, despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás, inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la efectividad, esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real, intentos o amenazas suicidas recurrentes, sentimientos crónicos de vacío, ira inapropiada e intensa (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes),  ideación paranoide, tics….

Sentimientos y dificultades derivadas de la situación vital que vive, necesitando un acompañamiento cercano, a muchos niveles ( médico, psicológico, educativo, afectivo…).


TRATAMIENTO PSICOLÓGICO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES EN ACOGIMIENTO RESIDENCIAL

“PAPELES DEL PSICÓLOGO” Es una Revista trimestral que edita el Consejo General de la Psicología de España.

Durante  la movilización descrita en Zaragoza,  por los educadores del COA en defensa de la dignidad de los menores,  el autor Antonio Galán Rodriguez . desde el  Servicio de Familias, Infancia y Adolescencia de Extremadura: escribe con ternura y certeza, sobre la imperiosa necesidad de mejorar la atención psicológica que reciben estos niños en los centros de acogimiento.

De este artículo extraigo las siguientes conclusiones:

– Los nuevos modelos de intervención psicológica en estos niños con necesidades tan especiales, han de estar basados en el trauma y relaciones de apego, ya que en un porcentaje muy alto de casos, la problemática que sufren está relacionada con el maltrato infantil o la negligencia, donde no se han respetado sus derechos como niños.

– En nuestro país hay unos 14.000 niños y adolescentes en acogimiento residencial (datos del 2013). Son acogidos por una amplia red  de recursos asistenciales, donde los menores desarrollan su vida cuidados por personas para sustituir a sus familias. Cada uno tolerando una situación vital muy diferente ( bebés que han nacido con síndrome de abstinencia, niños golpeados por sus padres, abandonados por quienes más habían de quererle, jóvenes expulsados de hogares en una situación de colapso familiar…) suponiendo, para ellos una separación de su hogar, que suele ser vivida como algo terrible y catastrófico.

– Los daños más esenciales a nivel interno, que padecen estos niños, a causa de este maltrato, negligencia o abuso es la relación emocional disfuncional y dañina que va sustentar el periodo más sensible de su desarrollo como ser humano.

– El entorno artificial de convivencia, donde se cuidará del menor y se le aportarán experiencias necesarias y valiosas, no dejará de ser un sustituto al contexto natural de crianza, por lo que es pieza clave y fundamental que este entorno sea lo más seguro y enriquecedor posible. Habiendo de depositar en estos recursos (los centros de acogida y residenciales) un esfuerzo y sostén económico sólido que garantice cuidados e intervenciones de calidad.

– Una de las mayores dificultades: la falta de recursos especializados para atender a nivel de salud mental a estos niños y adolescentes. Habiendo además una desconexión muy pronunciada entre la red asistencial de protección a la infancia y la red sanitaria. Siendo necesaria una atención preferente de estos menores ante la población general, debido a las situaciones vitales dañinas que viven.

– Es necesario que la mirada de los profesionales de la red social y clínica que acompañan a estos niños, esté basada en la singularidad de cada uno de ellos, tomando como referencias categorizaciones de la psicopatología que presentan o pueden presentar, pero no encuadrándolos en estas nosologías, sino primando qué necesita y cómo lo necesita, cada uno de ellos.


La intervención diaria con esta población conlleva contemplar:

  • Un elevado sufrimiento para sostener la realidad personal que viven estos niños y adolescentes. Siendo necesario que el modo de intervenir con ellos, sea una adaptación continuada a las necesidades de cada menor.

 

  • El gran esfuerzo técnico y emocional que demanda de los profesionales que los atienden y acompañan.

 

  • La impotencia ante intervenciones profesionales poco acertadas que se realizan hacia estos niños tan vulnerables, bien por desconocimiento, falta de medios, de tiempo o escasez económica destinada a su atención integral.

 

  • Una atención psicológica adecuada para los menores maltratados/abusados demanda aportar una mayor visibilidad a esta población, que permita una mejor conocimiento de las particularidades de sus situación administrativa y los desafíos vitales a los que se enfrentan.

 

  • Es necesario, un compromiso ético con estos niños y adolescentes confrontados con experiencias sumamente difíciles, en momentos claves de su crecimiento. Estos menores afrontan desafíos de gran magnitud, y si bien algunos nos dan una lección sobre cómo se puede hacer uso de un potencial de crecimiento en las peores circunstancia, otros nos muestran cómo ciertas circunstancias vitales pueden lastrar el desarrollo de un ser humano.
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