Crisis Económica, Crisis Personal e ir al Psicólogo.
«Arriesgando a perder, para crecer»
La crisis económica, nos lleva al miedo, a no asumir riesgos, a priorizar lo que poseemos como seguro, a no prescindir de bienes materiales que aprietan, limitan y poco benefician a veces. Otras derivan en crisis personales, momentos difíciles a nivel emocional. Y a veces no podemos o valoramos no poder pagar el ir al psicólogo.
Nuestro modelo social nos condiciona, nos influye al menos.
TARIFAS FLEXIBLES
Es frecuente hablar entre nosotros, los profesionales dedicados a la salud mental, a nivel privado, en lo necesario de adecuar las tarifas, los precios que cobramos a las personas que atendemos. En Zaragoza, existe un amplio número de consultas privadas, gabinetes, centros de salud donde atendemos a personas que se costean sesión a sesión. Muchas veces comentamos, que un alto porcentaje, de tratamientos que cesan, son por la imposibilidad de asumir el gasto mensual que conlleva. Pese a que el tratamiento funcione, el paciente se ve obligado a reducir sus gastos.
Algo lógico, muchos psicológos y terapeutas, adecuamos tarifas y flexibilizamos el precio de las sesiones, siempre en beneficio de la persona a atender, sin desprestigiar lo valioso de nuestro trabajo. Ante un buen trabajo terapéutico que el cliente realiza.
Tenemos muy próximos, en países colindantes, modelos de atención en salud mental, donde coordinada la pública con la privada, produce un beneficio en las personas de a pié, que cuando necesitamos un acompañamiento, un tratamiento puntual o continuado, podamos tenerlo; sin que el coste mensual sea algo decisivo. Un tratamiento eficaz, equilibra los costes y beneficios que nos suponen. Así podemos optar, por derecho a que nos cuiden.
IR HACIENDO, CONCIENCIANDO
En España, todavía queda un camino para que la asistencia psicológica se asiente de forma eficaz, para que se priorice y valore, lo común de acudir a terapia psicológica; de revisar y ver que quiere, como, cuando y con quién, modificar aspectos vitales, con apoyo y guía de una persona, formada y experimentada para acompañarle.
Mientras, me siento satisfecha, contenta de poder atender, como psicóloga a personas que crecen, que viven con mejor gusto y sensaciones. Que viven sus minutos con buena mirada hacia sí mismas. En Zaragoza y en cualquier lugar… para que la terapia sea, como suele ser, una inversión de futuro.